Leía hace unos días en el blog de un famoso periodista y reportero de viajes como se cuestionaba una serie de tópicos relativos a viajes y en el que entre otras cosas se preguntaba el porque el zumo de tomate tenia tanto éxito entre los pasajeros de avión, a lo que me traspasaba también a mi el porqué de este enigma. Así a lo tonto, lo tonto, Lufthansa da como cifra de consumo anual del zumo de tomate la friolera de 1,7 millones de litros.
Si bien es cierto que en el carrito de bebidas de los aviones hay todo tipo de clases de refrescos y zumos, a mi también me ha llamado la atención de que muchos pasajeros, yo incluido, a la hora de escoger se inclinan por el zumo de tomate, cuando en la realidad del día a día, a la hora de la compra, en las colas de los supermercados el que predomina es el de naranja o piña….y el de tomate ni por asomo esta en el carrito de la compra.
¿Que tendrá entonces el zumo de tomate de los aviones? Serán las azafatas que tienen un don especial a la hora de servirlos con su toque de sal y pimienta que los hace mas apetitosos? Será por una solidaridad inconsciente con los productores de tomate de la huerta valenciana por aquello del km 0?
Pues bien, ahora parece ser que por fin la ciencia ha dado explicación a este fenómeno. Mirad que casualidad, días después de leer el blog, salía la noticia en prensa en la que a raíz de un estudio solicitado por Lufthansa al Instituto de Física Fraunhofer en Baviera, al sur de Alemania, este había encontrado la razón por la qué algunas personas piden esta bebida durante el vuelo, mientras que en tierra no la consumen ni por casualidad y todo es porque el zumo de tomate ahora resulta que sabe mejor en el aire, lo que explicaría la tendencia a pedir esa bebida por parte del pasaje del avión.
La química Andrea Buirdack-Freitag del citado instituto, había demostrado que el sabor del zumo de tomate es más intenso cuando la presión atmosférica es más baja, mientas que en condiciones normales se le llega a percibir hasta como enmohecido. Es por eso que en condiciones de bajas presiones, como en los vuelos, el sabor del zumo de tomate es más fresco y dulce y esto incita a su consumo.
Las conclusiones del estudio se han hecho a partir de un experimento realizado en un simulador de un Airbus A310, sobre varias personas que analizaron el sabor de distintos productos, entre las cuales se constató una apreciación mayor del zumo de tomate incluso entre aquellos que normalmente no lo consumen, con lo que se da por concluido el fin de este enigma.
También han ratificado este estudio el Crossmodal Research Laboratory de Oxford en que afirman que el sabor de algunos productos como el zumo de tomate resiste mejor las condiciones de altura, presión y baja humedad de los aviones.
Ahora me pregunto si todos los que hacen alta montaña llevaran también zumo de tomate en sus mochilas para celebrar la ascensión con un Bloody Mary.