Poblet. Ayer la leyenda, hoy la historia. (Ruta del Cister parte III)

Anteayer os conté la leyenda que hablaba sobre la fundación del Monasterio de Poblet y que nos hablaba de un monje llamado Poblet, que hacía vida de ermitaño en las laderas de los bosques de Prades, cerca del actual emplazamiento del monasterio, pero la historia real es bien distinta y es que la fundación del Monasterio de Poblet comienza cuando Ramón Berenguer IV hizo una donación de tierras al monasterio cisterciense de Fontfreda, en Occitánia. Estos efectivamente enviaron doce monjes, como dice la leyenda y fueron los que fundaron el monasterio en el año 1151 consagrándolo a Santa María.

DSC_6220El nombre de Poblet, de hecho no viene del nombre del monje ermitaño como decía la leyenda que os conté ayer. En la zona existia una alameda de chopos, cuyo nombre en latín es el de Populus Alba y de Populus pasó a Poblet. De hecho la figura de la Virgen del altar mayor en su mano tiene una rama de dicho árbol.

En un principio, como en todos los principios, fue un pequeño monasterio que con el tiempo fue incrementándose con otras donaciones del propio Ramón Berenguer IV, asi como de nobles y señores de la comarca, llegando a ser Poblet uno de los grandes propietarios del país, con unas propiedades que iban desde los pastos del Pre-Pirineo hasta el norte de País Valencià. De hecho el pueblo valenciano de Quart de Poblet hace referencia a dicha propiedad.

Si bien Alfons el Cast y Jaume I ya habían estado enterrados en el monasterio de Poblet, Pere III el Ceremoniós eligió el monasterio como Panteón Real de la Corona Catalano-Aragonesa, para él y sus descendientes.

Las circunstancias comentadas hacen de Poblet un foco de cultura de la zona, con una biblioteca, que aun tras haber sido saqueada, incendiada aun hoy contiene libros tan significativos como el manuscrito más antiguo conservado de la Crónica de Jaume I el Conqueridor, hecho copiar por el abad Copons en el siglo XIV.

DSC_6199Además Poblet llegó a tener una cierta influencia y peso político, destacándose los abates Joan Payo y Francesc Oliver, los cuales fueron presidentes de la Generalitat en los siglos XV i XVI.

Pero con la llegada en el año 1835 de la Desamortización de Mendizabal, toda la vida, actividad y esplendor del monasterio desapareció, al tener que abandonar los monjes el monasterio. Las tierras y propiedades pasaron a manos del Estado, malvendiéndose propiedades en pública subasta y sufriendo los edificios una grave expoliación.

A partir de ese momento comenzó una fase de abandono y degradación que destruyó de una forma significativa los edificios del Monasterio, llegando a un nivel de destrucción tan grande que el monasterio era casi un conjunto de ruinas.

La suerte para el conjunto monumental cambia cuando en 1921, Poblet es declarado Monumento Nacional; en 1930 se funda el Patronato bajo el que se inicia la restauración y conservación del Monasterio, y es en 1940 cuando Poblet vuelve a tener comunidad monástica.

A partir de aquí, las continuas y progresivas etapas de reconstrucción de los diferentes edificios han hecho que el Monasterio de Poblet vuelva a tener la majestuosidad que tuvo históricamente y a la vez la sencillez que ha llegado hasta nuestros dias.
Que poco se podía imaginar el ermitaño Poblet la ajetreada historia que tendría su monasterio….

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