Oporto ha sido mi última y recién escapada y puedo decir que Oporto es paseos por bodegas, recorridos neoclásicos o copas al aire fresco de la ribera del Duero, incentivos para que en cualquier época del año uno pueda huir de la quema sin poner muchos kilómetros de por medio. Mas a mas la capital del norte de Portugal encierra otros múltiples atractivos que la convierten en una escapada perfecta. Ciudad portuaria con pinceladas inglesas, aires decadentes y una pátina vanguardista. Oporto ofrece, entre otras cosas, visitas a las bodegas de sus famosos vinos, ejemplos del mejor azulejo portugués, perlas del novecento o cenas de bacalao y copas en la ribera del río.
La historia de las bodegas se remonta por los anales del siglo XVII, cuando los comerciantes ingleses, debido a las constantes guerras con la vecina Francia, tenían dificultades para importar los vinos de Burdeos. Se aficionaron así a los portugueses, pero éstos soportaban mal el cruce del canal. Para aguantar la travesía del Atlántico les añadieron aguardiente. De esta manera nació el Oporto, y hoy, en Gaia, se concentran las grandes bodegas de este vino: Offley, Cálem, Ferreira, Sandeman, Ramos Pinto… Todas visitables y donde se pueden probar las diferentes variedades: ruby, blanco, twany, etc..
Si Oporto tiene un color, este es el azul por que es cuna del azulejo artesanal. Es frecuente encontrarlo no sólo como decoración en interiores, sino como revestimiento de fachadas, una costumbre que se acentuó en el XIV con el regreso de Brasil de emigrantes portugueses con los bolsillos llenos. Visitas obligadas son la Capilla de las almas o la Iglesia de San Ildefonso o curiosamente el interior de la Estación de San Benito o de la catedral….lista interminable.
En esta ciudad la historia esta en la calle. Fue romana, fue visigoda, también fue árabe… El Oporto medieval ha sido testigo de tierras de disputas, de las que dan testimonio la conocida como Muralla Primitiva o la Muralla Fernandina con su imponente Muro de Santa Clara o el Muro de los Soportales de la Ribeira. Una visita a la Catedral con su claustro o la Casa de la calle de la Reboleira o la Casa del Infante nos harán revivir la historia de esta ciudad.
Siempre he dicho que donde se toma el mejor café, a parte de Italia es en Portugal. Si Lisboa tiene el Brasileira como cafetería estandarte, Oporto también tiene su versión en el café Majestic un local novecentista que combina maderas y espejos, con terraza, un pequeño patio, eso si, los precios me parecieron bastante por encima de la media y nada razonables y daría por finalizada la visita a Oporto en la librería Lello & Irmão, una maravilla neogótica de finales del XIX, famosa por su escalera. Para los reporteros de cámara en mano tened presente que en el interior la fotografía esta prohibida, pero la señora de la limpieza esta de 9 a 10 horas, hora en que ya se abre al público. Ya me entendéis….