Dones, mujeres, women Afganistan…

DonesRecientemente he tenido la ocasión de visitar la exposición en el Palau Robert sobre la mujer en Afganistán y su cruda realidad. Y después de leer y escuchar las explicaciones la verdad es que no llegas a entender que en pleno siglo XXI existan todavía estados feudales donde nada importa nada, la vida no tiene ningún valor y la solidaridad social es un concepto que no entra en sus vocabularios.

Me da que la mayoría de las personas, si les preguntas por la ubicación de Afganistán en el mapamundi, no sabrán ni donde ponerlo, pero eso si, todos te dirán que las mujeres llevan burka. Esa especie de jaula de tela azulada símbolo inequívoco de la opresión sistematizada y que a los ojos del mundo sirvió como uno de los pretextos a las tropas occidentales para invadir este país y así devolver la dignidad a las mujeres afganas.

20141029_155424~4Pero el problema, a raíz de lo visto y oído , no es el burka. Es en este punto donde nuestra sociedad no alcanza a mirar la cruda realidad de la sociedad afgana y nos quedamos solo en la primera capa, la visible y fácil de criticar. A pesar de que la situación ha mejorado con la caída del régimen talibán y que las niñas y jóvenes ya pueden ir a la escuela y universidad y que la mujer ya puede acceder de nuevo al mundo laboral y aunque la legislación vigente reconoce la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, el camino a recorrer hasta la total integración de la mujer en la sociedad será un largo camino de espinas. Afganistán ha sido, es y seguirá siendo un país regido por señores de la guerra, con un régimen feudal medieval que no ha cambiado en siglos y que como entonces, la mujer es una mercancía que se compra y se vende, donde la mujer es un cero a la izquierda y donde ésta debe sumisión absoluta al hombre.

 20141029_155532~2Quizás desde aquí, desde la tranquilidad de nuestras casas, estas situaciones se tienden a olvidar y quizás nos centramos mas en lo exótico de la tela azulada que oprime a estas mujeres, sin pensar en lo que les puede pasar por dormir una noche fuera de su casa o por ir a la escuela o a la universidad, como le sucedió a la joven paquistaní Malala. En el fondo el burka no deja de ser un trozo de tela salvavidas que se puede quitar fácilmente, pero la realidad es que sus verdaderos problemas son otros mucho más importantes…

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