Hoy querría con todos vosotros tratar el tema de la street photography, o fotografía de calle, una especialidad que ha nacido como tal y que últimamente se ha puesto muy de moda y que ha captado a muchos seguidores, y que mas a mas la mayoría de marcas ya no dudan en ofrecer todo tipo de productos y cursos para convencernos de que sus cámaras son las mejores para este tipo de fotografía.
Decir que esta disciplina va muy de la mano de la fotografía de reportaje de viajes y del fotoperiodismo, porque ambas se desenvuelven muchas veces, pues eso, en la calle. Y en base a mi experiencia me gustaría daros cuatro consejos por si os adentráis en esta técnica.
• En primer lugar, el concepto del detalle. Tenemos que ir a la búsqueda de ese detalle, de ese momento…No tiene sentido salir a la calle con una cámara con la mirada perdida. No es nada productivo. No consiste en salir a dar un paseo con la cámara a cuestas, consiste en un método y por eso hay que estar constantemente con la mirada fotográfica, pendiente de la gente, queriendo ver lo que no se ve cuando uno va al trabajo o al cine, por decir algo…
Muchas veces la ocasión para la buena fotografía está a nuestras espaldas o cinco minutos después de haber estando en ese lugar. Mala suerte!! Tampoco es cuestión de ir con un tele, sacrilegio en este mundo, sino estar justo en ese momento al lado de las cosas o personas para sacar la magia del instante.
• En segundo lugar no hay que llamar la atención. Voy a exagerar, pero no hace falta llevar el chaleco de fotógrafo, ni la gorra con la marca, ni la cámara con los mil y un artilugios que nos hayamos comprado.
El cuerpo con un objetivo discreto, mejor óptica fija y una bolsa para guardar las mínimas cosas, incluso la máquina por si llueve y con esto nos basta y nos sobra. Cada vez es más difícil fotografiar a la gente en la calle, sobre todo si nos ven con pinta profesional.
• Otro punto a tener en consideración. La fotografía de calle implica llevar siempre la cámara encima. La ocasión es impredecible, el instante puede surgir en cualquier momento. Siempre hay que estar atento, porque nunca podrás decir: qué pena que no llevara la cámara encima.
Hoy el mercado nos ofrece cámaras fabulosas, ligeras, de tamaños muy ajustados y que no ocupan lugar en nuestra mochila. Las hay con unos precios muy competitivos y con una relación calidad precio muy buena. En mi caso, yo uso la Fuji X10. Recordad, la cámara no hace al fotógrafo, pero si es pequeña y discreta facilitará mucho el trabajo.
• Y por último, paciencia. No hay que salir mirando el reloj. Las buenas fotografías sólo salen con tiempo. Esta disciplina exige andar, cansarse, gastar suela de zapatos, sudar o pasar frío… hasta que en un momento dado la luz y las personas se alinean y nos ayudan a conseguir esa fotografía con la que siempre hemos soñado.
Muchas veces encontraremos localizaciones estupendas, pero ni la luz será la correcta ni lo que pasa en ese momento será lo adecuado. Por lo que tendremos que ir memorizando esos rincones secretos en los que algún día conseguiremos la imagen de nuestra vida. Sólo así empezaremos a hacer buenas fotos.